martes, 12 de abril de 2011

La rigidez en el pensar – 1ra nota

Esta es la primera de una serie de notas que apuntan a deconstruir una de las acusaciones que frecuentemente escuchamos los escépticos: que somos rígidos o que nuestra mente está cerrada, frases con las que nuestros oponentes suelen caracterizar a quienes pronuncian razones que les resultan difíciles de contestar. Si bien todos los argumentos usados en ese sentido tienen cierto parentesco, los trataré por separado en bien de la concisión.

Empiezo con la refutación de un argumento típico usado para posicionar a los escépticos como estrechos, poco imaginativos, testarudos etc.: se trata del principio del “justo medio”. Seguramente lo han escuchado: “Está mi posición y la tuya, la verdad debe estar en algún lugar entre ambas”¡yo lo escuché en boca de un rabino! ¡Es un pariente cercano del "todos tenemos algo de razón"!

Ahora bien, ¿Porqué debería ser así? ¿Qué justifica esta apelación a la virtud o verdad de una posición intermedia? ¡Ni la lógica proposicional, ni la difusa, ni la dialéctica avalan esta estupidez!.

El prestigio de esta premisa proviene del terreno de la ética –el “justo medio” de Aristóteles o la virtud de quedar equidistante entre el exceso y el defecto- pero se pretende traspasar su efectividad y prestigio al campo de la determinación de la verdad de las afirmaciones.

Hay algunas pocas situaciones en las que existe continuidad y/o existencia de múltiples alternativas en las que, pueden resultar mejores las posiciones alejadas de los extremos, pero esto tampoco es una regla universal ya que por otra parte, en práctica rara vez existen “verdades intermedias”. Esa es otra falacia de argumento: ¡trata de hacer pasar la excepción como regla!

La petición del ‘justo medio’ es algo que suelen usar en nuestra contra cuando perciben que todo está perdido: “no puede ser que tu posición sea un 100% cierta y la nuestra un 100% errada, debes concedernos algo so pena de ser rígido inflexible, intolerante ...”.  
Pese a ser una pavada, como argumento parece razonable y es  convincente: obviamente no hay nadie que lo sepa todo y tampoco podríamos ser tan orgullosos como para pretender que siempre tenemos razón, cuestión que por cierto nunca sonroja a los creyentes en relación a sus verdades reveladas, pero que les parece eficaz a la hora de mellar los argumentos de los escépticos. 

Sugerencia: Si quiere discutir acepte provisoriamente la existencia de un “punto medio” e invite al interlocutor a analizar las características de esta eventual posición equidistante, por ejemplo: 

Tu dices que dios creó el universo y yo que nunca hubo alguna intervención divina. Dime cual es “la perspectiva equidistante” o “justo medio” que mejor refleja la cuestión:  
-  El  big-bang también creó a los dioses
-  El universo está en el punto intermedio entre ser creado y ser increado
-  El universo es increado y dios es un concepto que apareció hace unos miles de años

¡Espero que se diviertan, y nunca lo olviden: No se debe perder tiempo discutiendo con fanáticos, solo hablen con quienes tienen dudas o ganas de entender! 

    

2 comentarios:

  1. Señor Cincuenton, he descubierto su blog! Esta muy bueno, la verdad. Pasaremos seguido por aca!
    Saludos.

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  2. Señor cincuentón.
    Con lo bellas y conciliadoras que son las respuestas salomónicas, dando su parte de la razón a todo el mundo.

    De ahí que la Verdad sea que nuestro Universo es el fruto de una semiexplosión automática provocada, y fue moldeado gracias a causas naturales inteligentes por un Dios con orejas de elefante azul (si incluimos al induismo)

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