Esta
es la primera de una serie de notas que apuntan a deconstruir una de las
acusaciones que frecuentemente escuchamos los escépticos: que somos rígidos o que nuestra mente está cerrada, frases con las que nuestros oponentes suelen caracterizar a quienes pronuncian razones que les resultan difíciles de contestar.
Si bien todos los argumentos usados en ese sentido tienen cierto parentesco,
los trataré por separado en bien de la concisión.
Empiezo
con la refutación de un argumento típico usado para posicionar a los escépticos
como estrechos, poco imaginativos, testarudos etc.: se trata del principio del “justo medio”. Seguramente lo han
escuchado: “Está mi posición y la tuya, la verdad debe estar en algún lugar entre
ambas” … ¡yo lo escuché en boca de un rabino! ¡Es un pariente cercano del "todos tenemos algo de razón"!
Ahora bien, ¿Porqué
debería ser así? ¿Qué justifica esta apelación a la virtud o verdad de una
posición intermedia? ¡Ni la lógica proposicional, ni la difusa, ni la
dialéctica avalan esta estupidez!.
El
prestigio de esta premisa proviene del terreno de la ética –el “justo medio” de Aristóteles o la virtud de quedar equidistante entre
el exceso y el defecto- pero se pretende traspasar su efectividad y prestigio al campo de la determinación
de la verdad de las afirmaciones.
Hay
algunas pocas situaciones en las que existe continuidad y/o existencia de
múltiples alternativas en las que, pueden
resultar mejores las posiciones alejadas de los extremos, pero esto tampoco
es una regla universal ya que por otra parte, en práctica rara vez existen “verdades intermedias”. Esa es otra falacia de argumento: ¡trata
de hacer pasar la excepción como regla!
La
petición del ‘justo medio’ es algo que suelen usar en nuestra contra cuando perciben
que todo está perdido: “no puede ser que tu posición sea un 100% cierta
y la nuestra un 100% errada, debes concedernos algo so pena de ser rígido
inflexible, intolerante ...”.
Pese
a ser una pavada, como argumento parece razonable y es convincente: obviamente no hay nadie que lo sepa
todo y tampoco podríamos ser tan orgullosos como para pretender que siempre
tenemos razón, cuestión que por cierto nunca
sonroja a los creyentes en relación a sus verdades reveladas, pero que les parece
eficaz a la hora de mellar los argumentos de los escépticos.
Sugerencia: Si quiere discutir
acepte provisoriamente la existencia de un “punto medio” e invite al interlocutor
a analizar las características de esta eventual posición equidistante, por
ejemplo:
Tu dices que dios creó el
universo y yo que nunca hubo alguna intervención divina. Dime cual es “la perspectiva
equidistante” o “justo medio” que mejor refleja la cuestión:
- El big-bang
también creó a los dioses
- El universo está en el punto intermedio entre
ser creado y ser increado
- El universo es increado y dios es un concepto
que apareció hace unos miles de años
¡Espero que se diviertan, y
nunca lo olviden: No se debe perder tiempo discutiendo con fanáticos, solo hablen
con quienes tienen dudas o ganas de entender!
Señor Cincuenton, he descubierto su blog! Esta muy bueno, la verdad. Pasaremos seguido por aca!
ResponderEliminarSaludos.
Señor cincuentón.
ResponderEliminarCon lo bellas y conciliadoras que son las respuestas salomónicas, dando su parte de la razón a todo el mundo.
De ahí que la Verdad sea que nuestro Universo es el fruto de una semiexplosión automática provocada, y fue moldeado gracias a causas naturales inteligentes por un Dios con orejas de elefante azul (si incluimos al induismo)