Mucho se ha comentado lo dicho y hecho por el sacerdote de la localidad
mendocina de Malargue, don Jorge Gomez que no se contentó con
interrumpir un show presentándose en medio del escenario -había decidido proteger
a un público de adultos que había elegido ir a ver a estos artistas- sino que además, en charlas
posteriores, el apodado “padre Pato” aclaró que NO estaba arrepentido de su
accionar y pronunció la frase que lo define: “la violación de la fe es diez mil veces peor que la violación de
una hija”.
Nuestra intención no es tanto reiterar lo ocurrido –por
suerte los ataques a artistas y las expresiones destempladas o excesivas de
religiosos son raras en la
Argentina y son ampliamente publicadas en todos los medios-
sino recordar que los superiores de este personaje -la gente de la
diócesis de San Rafael- había contemplado la posibilidad de sancionar al autor
de tan explosivas declaraciones.
Al parecer se estaba a la espera del regreso del obispo Eduardo
María Taussig para tomar una decisión y responder a los debates solicitados.
Dado que el episodio ocurrió hace ya varias semanas y que no se
ha sabido de ninguna sanción al enardecido defensor de la castidad de Malargue,
estimamos que nos hayamos en presencia de un regalo del obispado. Dejamos a
consideración de nuestros lectores cual es la exacta naturaleza del presente
que nos están haciendo las autoridades eclesiásticas de Mendoza:
- El regalo del
perdón
Este es el privilegio de la iglesia, pueden perdonar.
Eventualmente, tras algunos padre nuestros y aves maría el “padre Pato” ya fue
perdonado y son tan modestos que ni siquiera hacen mención al episodio.
- El regalo del
olvido
¡Pero ya pasó! Es de santos varones olvidar y ese es el ejemplo
que nos regala la iglesia de San Rafael.
- El regalo de la
omisión
El accionar de Jorge Gomez está además penado civilmente ya que
en la Argentina
–al menos en teoría- no existe la censura. Alejar la atención del asunto es una
manera de evitar que algún ateo/comunista inicie acciones civiles.
Hola Sr. Cincuentón!
ResponderEliminarAqui de nuevo leyéndolo...
Me queda claro que para algunos sacerdotes una violación no es nada importante, pues a mi consideración, es una soberana estupidez lo que dice; que la violación de la fé es 10,000 veces peor que la violación de una hija..??!!
Esperemos que nunca tenga una hija!
Saludos!
Diana
Completamente de acuerdo nuestro hermano el sacerdote Jorge Gómez, ya que la violación de la fe es diez mil veces peor que la violación de una hija, ya que en este caso quedan condenados irremediablemente al tormento en agonía, terror, desesperación y dolor del averno por la eternidad, mientras que la violación de una hija es un asunto menor, esto queda claramente demostrado cuando Lot ofrece a sus dos hijas vírgenes para ser violadas en lugar de sus huéspedes, la fé es primero.
ResponderEliminarLa paz esté con ustedes y con su espíritu.
Ese cura puso el perfecto ejemplo de cuan intolerante, arrogante y estúpida puede ser la iglesia católica.
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