lunes, 21 de febrero de 2011

Las cosas por su nombre


Toda vez que algún siervo del señor -cura, obispo, cardenal etc.- es descubierto en alguna situación non sancta -ya sea con alguna amante, disfrutando de la efebofilia o en alguna trapisonda financiera- aparecen miles de voces de acólitos que llenan el éter, el firmamento y los periódicos con encendidas defensas de sus ministros mediante la disculpa o minimización de sus comportamientos delictivos a los que ni siquiera aluden por su nombre.

En el mundillo de los fieles preocupados por los desmanes de los hombres de dios, jamás se llama a los culpables maníacos sexuales, ladrones o estafadores –al parecer estas son clasificaciones mundanas, no eclesiásticas- sino que los involucrados son descriptos casi como víctimas y mencionados a través de metáforas bíblicas que nunca aluden a los crímenes cometidos.

Así, leemos la grave preocupación que la grey católica toda –desde el papa hasta los laicos- muestra por sus hermanos devenidos en:
* Siervos extraviados
* Caidos en la tentación
* Parte de la cruz que la iglesia debe cargar

Les pido a todos los fieles que les regalen a los homosexuales que hayan querido besarse frente a las catedrales, basílicas o iglesias tanta consideración, paciencia, comprensión de las debilidades humanas y decoro como la que muestran a la hora de evaluar la conducta de sus guías espirituales.

¿Nos acusarán de plagio? Después de todo, esto de que “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra” ya se dijo hace tiempo …


6 comentarios:

  1. Se llama 'defensa corporativa': siempre se piensa que se esta atacando a la Institicion (la Santa Madre Iglesia). En todo caso Ella lava su trapos en forma discreta, trasladando al pecador a otra diocesis.

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  2. HOla Sr. Cincuentón...

    Pasando aqui a saludarlo, aunque tengo que extenderle una queja:
    Los colores de sus textos me hacen casi imposible leerlos, me aparecen de un tono tan brillante que hasta me dolió la cabeza :S veo como si las letras bailotearan sobre el fondo gris...

    Un abrazo cordial..
    Diana

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  3. Así es. El traslado a otro lugar y la condena a "rezar pidiendo perdón" son los máximos castigos que la ICAR suele aplicar, por eso es que debemos insistir en el uso de la justicia civil.

    He hecho algunas correcciones al formato. ¡espero que resulte más legible!

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  4. Claro, a los pobres pecadores -en especial cuando son religiosos- hay que amarlos no juzgarlos, dice don Benedicto:
    “Amad a vuestro obispo, amad a vuestros sacerdotes, a pesar de sus debilidades, son una presencia preciada en la vida”

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  5. todas esas son patrañas, los sacerdotes son enviados de Dios para regar su fe.

    o acaso creen que la iglesia miente???

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  6. Jaaaaaaa, “trapisonda”, años que no leía esa palabra

    Respecto al post, es clásica la actitud de los chupacirios más acérrimos (por no decir mamavergas eclesiásticas) el decir que quienes cometen alguna atrocidad del tipo que describes es porque “no es eun verdadero creyente” o si se critica a la iglesia, decir “es humana y pecadora, lo reconocemos”. En el primer caso tenemos la falacia de que se toma como verdadero creyente aquel que solamente es una buena persona. Si hace algo malo, entonces ya no lo es. ¿Qué conveniente, no? Y lo más gracioso, es que quienes se ven envueltos en estos escándalos son muchas veces curas, pastores, en general, gente de autoridad, no cualquier creyente de a pie.

    En caso de decir que “la iglesia es humana y pecadora”, ya pues, si lo reconocen, entonces qué autoridad tiene esta para pretender guiarnos? Siendo así no estamos más que ante un ciego que pretende guiar a otro ciego. Y siendo así, no merecen más respeto que el de una persona común y corriente, especialmente cuando sale con sandeces.

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