martes, 14 de agosto de 2012

Cuando menos es más


"El continente europeo cuenta con una abundante red de caminos que permite conectar todos sus poblados"

Esta es una sencilla frase -tan solo 16 palabras- cuya veracidad puede ser confirmada por cualquiera que, en forma directa mire un mapa o una fotografía satelital, o en forma indirecta consulte las trayectorias de los vehículos en marcha y/o los planos con las trazas de las rutas europeas.

¿Podríamos reformularla con menos palabras sin que se pierda la esencia del sentido de la frase?

Pienselo si así lo desea. En el próximo párrafo le daré una solución que además es un ejemplo de que no siempre LAS SÍNTESIS QUITAN INFORMACION SINO QUE POR EL CONTRARIO, SUELEN AÑADIRLA.

Una de las tantas formas de reformular la frase -apuesto que alguna vez la han escuchado- es: "Todos los caminos conducen a Roma".

Es una buena síntesis -¡pasamos de 16 a tan solo 6 palabras!- y también nos asegura que podemos unir dos poblados cualesquiera de Europa. Eventualmente se alargará el camino al tener que sí o sí pasar por Roma, pero su sentido principal -el que desde un pueblo se puede llegar a cualquier otro- se ha conservado.

Lo curioso es que además de conservar el sentido original, el proceso de síntesis añadió una referencia que antes no existía: incluyó la noción del poderío de Roma, poder que -ya sea por el Imperio Romano o por albergar  al Vaticano- hizo que en Occidente se construyera el refrán "todos los caminos conducen a Roma" incluyendo sentidos que van más allá de los mapas carreteros.

Conclusión: bien puede una síntesis añadir matices que NO EXISTIAN en el discurso inicial. ¿Debemos pensar a estas "síntesis" como construcciones inocentes o simplemente costumbristas como llamar "tu Santo" al dia correspondiente a tu fecha de nacimiento?

Yo estoy seguro de que no son inocentes ni ingenuas! Son "síntesis tramposas", deformaciones ideológicamente interesadas del concepto original.

¡Cuantas veces ateos y escépticos hemos escuchado con sorna a creyentes de diversas confesiones que muy seguros de lo que dicen, nos endilgan que "todos creemos en algo" como si eso fuera prueba de la infalibilidad papal, de los 10 mandamientos o de cualquier otra premisa religiosa!

Esto proviene de otra típica síntesis tramposa: la afirmación "todos creemos en algo" se asimila sin mayores análisis a "todos somos religiosos" que a su vez surge como un resumen de la más general -y acertada- premisa "todos los seres humanos portamos un sistema de creencias". 

¡Claro que las creencias pueden ser cualesquiera, no tienen porqué ser ni metafísicas,  ni espirituales ni siquiera teistas!

La trampa que hacen los creyentes es añadir la religiosidad tal como ellos la entienden como una dimensión obligatoria o necesaria de los sistemas de creencias... ¡Es una "síntesis" interesada que les sirve para introducir y reflejar su ideología!