"El continente europeo cuenta
con una abundante red de caminos que permite conectar todos sus poblados"
Esta
es una sencilla frase -tan solo 16 palabras- cuya veracidad puede ser
confirmada por cualquiera que, en forma directa mire un mapa o una fotografía
satelital, o en forma indirecta consulte las trayectorias de los vehículos en
marcha y/o los planos con las trazas de las rutas europeas.
¿Podríamos
reformularla con menos palabras sin que se pierda la esencia del sentido de la
frase?
Pienselo
si así lo desea. En el próximo párrafo le daré una solución que además es
un ejemplo de que no siempre LAS SÍNTESIS QUITAN INFORMACION SINO QUE POR EL
CONTRARIO, SUELEN AÑADIRLA.
Una
de las tantas formas de reformular la frase -apuesto que alguna vez la han
escuchado- es: "Todos los caminos
conducen a Roma".
Es una buena síntesis -¡pasamos de 16 a
tan solo 6 palabras!- y también nos asegura que podemos unir dos poblados cualesquiera de
Europa. Eventualmente se alargará el camino al tener que sí o sí pasar por Roma,
pero su sentido principal -el que desde un pueblo se puede llegar a cualquier
otro- se ha conservado.
Lo
curioso es que además de conservar el sentido original, el proceso de síntesis añadió una referencia que antes no existía: incluyó la noción del poderío de
Roma, poder que -ya sea por el Imperio Romano o por albergar al Vaticano- hizo que en Occidente se construyera el refrán "todos los
caminos conducen a Roma" incluyendo sentidos que van más allá de los mapas carreteros.
Conclusión:
bien puede una síntesis añadir matices que NO EXISTIAN en el discurso inicial. ¿Debemos pensar a estas "síntesis" como construcciones inocentes o simplemente costumbristas como llamar "tu Santo" al dia correspondiente a tu fecha de nacimiento?
Yo estoy seguro de que no son inocentes ni ingenuas! Son "síntesis tramposas", deformaciones ideológicamente interesadas del concepto original.
¡Cuantas veces ateos y escépticos hemos escuchado con sorna a creyentes de diversas confesiones que muy seguros de lo que dicen, nos endilgan que "todos creemos en algo" como si eso fuera prueba de la infalibilidad papal, de los 10 mandamientos o de cualquier otra premisa religiosa!
¡Cuantas veces ateos y escépticos hemos escuchado con sorna a creyentes de diversas confesiones que muy seguros de lo que dicen, nos endilgan que "todos creemos en algo" como si eso fuera prueba de la infalibilidad papal, de los 10 mandamientos o de cualquier otra premisa religiosa!
Esto
proviene de otra típica síntesis tramposa: la afirmación "todos creemos en
algo" se asimila sin mayores análisis a "todos
somos religiosos" que a su vez surge como un resumen de la más general
-y acertada- premisa "todos los
seres humanos portamos un sistema de creencias".
¡Claro que las creencias pueden ser cualesquiera, no tienen porqué ser ni metafísicas, ni espirituales ni siquiera teistas!
La trampa que hacen los creyentes es añadir la religiosidad tal como ellos la entienden como una dimensión obligatoria o necesaria de los sistemas de creencias... ¡Es una "síntesis" interesada que les sirve para introducir y reflejar su ideología!